LULA Y HADA REFLEJO Un cuento de Carmen Rosa Aguayo (Parte 1) Había una vez una niña que vivía en una casita del claro del bosque. Era alegre y divertida. Sus papás la querían mucho y la cuidaban muy bien. Un día que se estaba bañando en la poza del arroyo, se fijó en el sauce, que estaba dentro del mismo cauce. Vio un pajarito posado en una rama. Éste, saltó al viejo chopo, que estaba en la orilla y finalmente, voló hacia un olmo. Unas crías lo esperaban en el nido de aquel cálido árbol, un poco apartado. Lula, que así se llamaba la niña, salió de la poza, se calzó y se acercó al árbol. El nido estaba alto pero ella sabía trepar muy bien. Trepó, se asomó con mucho cuidado, para no molestar a las crías y ¡oh, sorpresa!, dentro del nido, ¡había un huevo de oro! -¡Cómo brilla! -exclamó. Lo cogió con cuidado y lo guardó en su bolsillo. Ya en su casa, buscó una cestita de mimbre, le puso un pañuelo suave y lo colocó bajo la lámpara. Sería su tesoro. No se lo
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